miércoles

Nocturno de Chile
Roberto Bolaño


Así como los hombres en el trayecto de sus vidas van pasando por diferente tipos de experiencias como buenas, malas, enriquecedoras, constructivas, dolorosas, violentas, traumas, alegrías, etc. En los diferentes lugares del mundo, conformados por pueblos, ciudades o países completos, también poseen una historia de vida. Cada país se construye con la vida de cada uno de los hombres y mujeres que lo habitan, formando una sociedad, y ésta a su vez, se desarrolla dependiendo de los contextos que ésta misma y el entorno conforman. Así como el hombre en su desarrollo pudo vivir hechos que lo marcaran para siempre, los pueblos atraviesan diferentes desafíos a lo largo de la historia, en donde deben enfrentar cambios sociales, catástrofes naturales y amenazantes adversidades provenientes de los más diversos orígenes.
Cuando el poder y la ambición se apoderan de la mente humana, se logra el peor de los resultados, el hombre puede convertirse en el peor de los monstruos y en la peor amenaza del mundo y la humanidad. Prueba de esto son los diferentes sucesos históricos de violencia que han marcado la vida de tantos pueblos alrededor del mundo, guerras, enfrentamientos, amenazas, exterminios, crudeza, etc. El dolor y la marca inamovible que queda en las personas que logran sobrevivir a estos hechos, es un peso con el que cargarán toda la vida, así mismo en gran proporción cuando hablamos de países, ya que en ellos la historia hizo una pausa para dejarse atravesar por la tinta más cruel de la sangre derramada producto de los actos de violencia ejercida sobre la población.
Hace no más de tres décadas el cono sur de America, pasó por un periodo de violencia e injusticias como las que no se veían desde la colonización española, lo más impactante de todo es que todo lo que sucedió se dio de manera casi simultánea en la mayoría de todos los países que lo conforman y peor aun es el momento en que se dio ya que el mundo fue testigo de dos grandes guerras que involucraron a los países más fuertes, y producto de esto los terroríficos resultados y ahora ya en tiempos en que la violencia y los conflictos quedaban atrás, los poderes militares de cada estado arremetieron contra los gobiernos que se encontraban a la cabeza de los diferentes países respectivamente.
Chile cambió su historia contemporánea cuando en 1973 se produjo el golpe de estado que derrocó el gobierno del Presidente Salvador Allende. El país dividido sufrió los efectos de una violencia desmedida y unos, claramente, fueron más afectados que otros. Quienes no eran partidarios del autodenominado oficialismo se llevaron la peor parte, fueron perseguidos, torturados, asesinados, usados, con ellos se llevaron a cabo las más feroces demostraciones de violencia que el ser humano sea capas de practicar y hasta la actualidad, hay miles de personas de quienes no se sabe nada. Y por éstos atroces hechos, nuestro país es reconocido a nivel mundial, por el sufrimiento de la segunda cara de la moneda. Sin embrago la primera cara, el lado “A” de la moneda en Chile, son todos aquellos que seguían y apoyaban a la junta golpista, quienes no habrían sufrido e incluso “jamás” se habrían enterado de todos los actos de violencia ejercida sobre el pueblo chileno.
Muchos son los interesados en tratar el tema del golpe militar chileno a través de diferentes manifestaciones, artísticas, culturales, musicales, sociales, políticas, económicas, etc. Mucho se ha escrito al respecto, y miles son los escritos que revelan el sufrimiento del pueblo chileno, pero también existen escritos del lado contrario, en donde manifiestan una total lejanía a los hechos reales e incluso una elevación y gratitud hacia la junta militar por salvar a Chile del gobierno de Salvador Allende. Desde éste lado oficialista es donde Roberto Bolaño sitúa al personaje principal de su novela Nocturno de Chile.
Es curioso y a la ves admirable desde el punto de vista más intelectual, que un escritor chileno, exiliado, de quien se sabe, al igual que muchos otros, tuvieron que formar su vida lejos de su país de origen para no ser eliminados de la faz de la tierra, escriba Nocturno de Chile, una novela transgresora y desafiante.
Bolaño desafía en su texto a un lector que podría esperar otra novela más que hable del golpe de estado, presentándonos a Sebastián Urrutia Lacroix, personaje que nos relata desde su delirio, su rol participativo desde el oficialismo, entonces así Bolaño rompe con las expectativas normales de un lector que ante la novela no imagina que será partícipe del afiebrado testimonio, de un cura Opus Dei que enseña Marxismo a los generales golpistas.
Sebastian Urrutia Lacroix, un sacerdote y crítico literario, comienza su relato evidenciándonos que se encuentra en un momento de delirio y fiebre lo cual le permite comenzar a revelar ciertos pasajes de su juventud y los hechos que lo marcaron pero que en su momento no logró percibir la magnitud de cada suceso por el cual atravesaba, esta reflexión es motivada por la imagen de un “joven envejecido” que lo perturba como si fuese su conciencia y su imagen queriendo recapacitar ante todos los hechos en que participó.
Para comenzar su carrera de crítico literario, Urrutia Lacroix, debe acercarse a quien entonces era el mejor crítico de literatura en Chile, Farewell, él era dueño de la voz oficial ante toda observación que se hiciera sobre un texto en particular y su respectivo autor, y todos querían pasar bajo su observación. Farewell inicia al joven sacerdote en las artes de la crítica y las reuniones con intelectuales. Pablo Neruda, el Poeta, es el primer escritor que conoce Urrutia Lacroix, la primera personalidad de las letras chilenas que le da la bienvenida al mundo infinito de la creación. Sin embargo y ante este hecho de tanta importancia, existen pasajes de su primera visita al fundo de Farewell que llaman profundamente la atención, ya que marcarían el comportamiento del cura a lo largo de toda la novela y además serán punto de discordia en su personalidad cultivada para estar cerca de Dios.
Intentemos ser objetivos, cuando un hombre entra al seminario para cultivar su mente, cuerpo y alma en servicio a Dios, debe hacer diferentes votos para mantener siempre presentes sus objetivos y desprenderse de todo aspecto que lo ligue a la cultura carnal y banal de los hombres comunes y corrientes. Dentro de las misiones de los sacerdotes están servir y respetar al prójimo ante todas las cosas y nunca faltar a la palabra de Dios, quien es bondadoso con todos sus hijos y protector de ellos. Entonces cómo se explica que Urrutia Lacroix al salir a dar un paseo por los jardines del fundo y perderse en un repentino llamado que le hizo la naturaleza del campo, se acerca a una cabaña donde se encontraban dos mujeres y tres hombres, peones del fundo de Farewell y a la primera expresión de respeto hacia él de una de ellas, el cura muestre asco de la mujer.

“Alrededor de una mesa vi a tres hombres, tres peones de Farewell, y junto a una cocina de leña había dos mujeres, una vieja y una joven, que al verme se me acercaron y tomaron mis manos ente sus manos ásperas. Qué bueno que haya venido, padre, dijo la más vieja arrodillándose delante de mi y llevándose mi mano a sus labios. Sentí miedo y asco, pero la dejé hacer.” (pág 20)

Nos preguntamos entonces, ¿a qué tipo de curas están dejando salir de los seminarios ahora?, o es que ¿sólo nuestro Sebastian presenta rasgos de un cura exclusivo para los creyentes de clase alta, limpios, perfumados y con dinero?. Claramente Bolaño irrumpe con un discurso que propone comenzar a mirar a nuestro alrededor y percibir que así como nuestro personaje, existen cientos de otros curas que no van con la generalidad y que no cumplen con la expectativas de un ser bondadoso, paciente, caritativo, tolerantes y serviciales, eso se les deja a los que si tienen vocación y quienes desean cumplir con los deseos de Dios.
Pero continuemos con el análisis de nuestro personaje, quien en el desarrollo de la novela se presenta como un sacerdote que no es tal, si nos referimos a lo mencionado unos párrafos más arriba, el comportamiento esperado de un hijo tan cercano a Dios no es otra que el de un ser que aprecia la belleza de lo creado. Y tiene siempre un espíritu servicial y atento para los que lo rodean, sin embargo, el también llamado Cura Ibacache no parece estar interesado en acercarse a los fieles.

“Y oí la voz de una de las nujeres que decía padre tome esto o padre tome lo otro. Y alguien me habló de un niño enfermo, pero con una dicción tal que no entendí si el noño estaba enfermo o ya muerto. ¿Y a mi para qué me necesitaban? ¿El niño se estaba muriendo? Pues que llamaran a un médico. ¿El niño hacía tiempo que ya se había muerto? Pues que le rezaran, entonces, una novena a la Virgen. Que desbrozaran su tumba. Que quitaran la grama que crece en todas partes. Que lo tuvieran presente en sus oraciones. Dios mío, yo no podía estar en todas partes. Yo no podía. ¿está bautizado?, me oí decir. Sí, padrecito. Ah. Todo conforme entonces”. (pág 21)


Urrutia Lacroix, raya en lo irónico y en lo absurdo, pero también lo es su naturaleza, ya que es importante mencionar que Bolaño crea a nuestro personaje y a otros más presentes en la novela, a partir de su afán paródico, en donde manipula los nombres para que no sean los mismos, pero aun así nos haga asociarlos a los originales que viven en la realidad fuera del texto. Tampoco tiene miedo en dialogar con la realidad pero tomando de ella no solo nombres para transformarlos, sino también, para presentarlos tal cuales son. Pablo Neruda, Pinochet, son solo dos personajes dentro de varios más, que Bolaño los introduce en el relato para mover el piso del pacto lector y para enfatizar esa pequeña manipulación narrativa que nos lleva a la reflexión y a la crítica de los personajes de la obra.
“De la mano de Dios y de su bondad y misericordia aparecen las ganas del hombre por cambiar las cosas y hacer del mundo un lugar mas justo”, esta frase fue una de las más utilizadas por los generales golpistas en sus diferentes discursos frente al país. Es innegable la relación tan estrecha que existe entre las instituciones de orden pública y la religión. En Chile la iglesia católica siempre ha estado relacionada con las escuelas matrices del estado. La imagen de la Virgen María como patrona protectora de quienes defienden la patria se establece desde tiempos de la independencia y permanece mas firme que nunca hasta la actualidad. Entonces es lógico pensar que en el momento en que ocurrió el golpe de estado y durante todo el proceso hasta que dejaron el poder, para los militares era de suma importancia contar con la presencia y apoyo de la iglesia católica, porque querámoslo o no la religión de la mano de la fe, puede persuadir ante cualquier hecho.
Volvamos al cura Ibacache, debemos mencionar que las señales que nos entrega Bolaño respecto a la carrera vocacional del cura, no son menores, algo entre manos tiene el autor para este personaje quien dentro del transcurso de la novela debe viajar a Europa enviado por los señores Oido y Odeim, sus nombres nos remiten de manera inevitable el Odio y el Miedo, entonces la relacion que podemos establecer en este puto es la de Urrutia viaja en una suerte de intercambio de conocimientos y supuestamente va a realizar un estudio de mantención de iglesias, sin embargo se encuentra con un grupo de cetrería que entrena a sus aves para exterminar las plagas, simbólicamente Urrutia se encuentra entre ellos aprendiendo ésta disciplina que es definida por la RAE como: la caza de aves y algunos cuadrúpedos que se hacía con halcones, azores y otros pájaros que perseguían la presa hasta herirla o matarla. Entonces si hacemos la relación, el gobierno militar perseguía a sus contrarios para herirlos o matarlos y curiosamente, de manera simbólica nuevamente, Urrutia posee estos conocimientos al regreso al país.
En el relato en que el cura es nombrado para enseñar Marxismo a los generales golpistas, Bolaño nos presenta una escena en donde Urrutia de sagrado negro se presenta ante los coloridos uniformes de los generales, en donde éste cura de larga sotana enseña los conocimientos del enemigo, estableciendo entonces la estrecha relación entre el Opus Dei y la Junta Militar. Entonces, y volviendo a nuestra línea crítica, cómo un sacerdote puede prestarse para una situación así, acaso no es mejor mantenerse al margen de un hecho histórico de ésta trascendencia, me refiero, a que no es mejor aceptar que perteneces al oficialismo, pero no involucrarse más allá, porque más que nada lo que el gobierno militar practica en un abuso y exterminación, de censura, y negación de los derechos humanos, cosa que un sacerdote cercano a Dios, no debería permitir por ir en contra a los deseos del padre creador. La culpa no es algo con lo que un sacerdote deba cargar, es más, el debe ayudar a los fieles a liberarse de las culpas.
Es por eso que la presencia de nuestro Urrutia Lacroix frente a la junta golpista como instructor del pensamiento contrario, marca notablemente el relato, sin embargo no es el único punto detonador, ya que el relato de las tertulias en casa de María Canales es escalofriante, ya que se menciona que mientras los intelectuales se juntaban a compartir una velada entretenida, de conversación, de copas, de risas, de anécdotas e intercambios de ideas, de repente el voltaje de la luz disminuía, y las luces se tornaban intermitentes a ratos, pero nadie preguntaba el por qué y como si nada pasara seguían la noche. Sin embargo cuando se nos presenta el descubrimiento del por qué la electricidad de la casa se veía afectada por las noches, lo siniestro se apodera de la lectura, en el sótano de la casa se practicaban las tan bulladas torturas con electricidad y el eco del dolor y el sufrimiento se hacía cada ves más hondo en la casa, pero todos quienes pasaban por ahí no sabían nada. Urrutia sin embargo vuelve a la casa y habla del tema con María Canales quien sin duda carga con el peso que significa hacer como si nada pasara pero que por dentro sabe que el peor de los crímenes se comete bajo sus pies.
Todos estos hechos relatados por Bolaño nos hacen meditar y querer comprobar la veracidad de lo que en las líneas de la novela se nos reveló. La imagen de Sebastian Urrutia Lacroix es de innegable poder ante un relato que rompe con las leyes de lo esperado. Situar un relato de tal magnitud histórica desde la costa del oficialismo y más aun desde la voz de un sacerdote Opus Dei y de derecha, es un desafío que solo Bolaño pudo crear y superar. Para finalizar dejo un fragmento de una entrevista realizada a Roberto Bolaño que sintetiza de forma perfecta parte de la línea de ésta lectura de Nocturno de Chile.
“En Nocturno de Chile, lo que me interesaba era la falta de culpa de un sacerdote católico. La frescura admirable de alguien que por formación intelectual tenía que sentir el peso de la culpa. Yo creo que la culpa, el sentido de la culpa, es de las pocas cosas buenas de la religión católica. Siempre me ha parecido una entelequia seudodionisiaca la del hombre libre de culpa. En este sentido, por supuesto, estoy totalmente contra Nietzsche. Vivir sin culpa es como vivir fuera del tiempo, en un presente perpetuo, en una cárcel de soma o como se llamara esa droga que tomaban en Un mundo feliz, de Huxley. Vivir sin culpa es abolir la memoria, perpetuar la cobardía. Si yo, que fui una víctima de Pinochet, me siento culpable de sus crímenes, ¿cómo alguien que fue su cómplice, por acción o por omisión, puede no sentirse culpable?”
(Roberto Bolaño; Entrevista de D. Aussenac, para Le Matricule des Anges, Montpellier, septiembre de 2002)







Bibliografía
v Nocturno de Chile, Roberto Bolaño. Anagrama, 2000
v Le Matricule des Anges, Revista de la literatura contemporánea. Septiembre 2002
v www.rae.es

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